Cultivar un legado: la experiencia de Beltrán Ventura con los híbridos biofortificados
Beltrán Ventura Tum desarrolló un profundo respeto por la tierra y un amor por la agricultura acompañando a su padre al campo cuando era pequeño. "Desde que era pequeño, mi padre me recalcó la importancia de respetar y cuidar la tierra, y vi que se sentía muy orgulloso de su trabajo", explica Beltrán.
Beltrán, su esposa María y sus 10 hijos residen en Chivón, San Andrés, Quiché, una región montañosa del centro de Guatemala. Cada mes de junio, cultivan algo menos de un acre de tierra cerca de su casa. Beltrán y María son miembros respetados de su comunidad, siempre dispuestos a echar una mano a sus vecinos. Tanto si ofrecen consejos sobre la rotación de cultivos como si comparten su cosecha, son conocidos por su disposición a ayudar a los necesitados.
Antes de adoptar los híbridos de Semilla Nueva hace tres años, los rendimientos de Beltrán eran a menudo bajos, especialmente durante los periodos de sequía. "Si hacía mal tiempo, perdía la mayor parte de la cosecha y lo que quedaba era de tan baja calidad que no podía venderlo. Usando las semillas de Semilla Nueva, siempre tengo mejores cosechas y más maíz para vender". La experiencia de Beltrán confirma nuestros resultados de seguimiento y evaluación, que muestran que los agricultores que utilizan nuestras semillas experimentan 54% menos pérdidas de cosechas debido a condiciones meteorológicas extremas.
Para Beltrán, estas semillas significan algo más que mejores cosechas y nutrición: representan un futuro mejor para su familia. Con los ingresos adicionales que recibe de su cosecha, Beltrán ha podido invertir en la educación de sus hijos y en otras necesidades básicas. Hace poco compró una desgranadora de maíz para separar los granos de la mazorca. Lo que a mí y a mi familia nos llevaba semanas hacer a mano, ahora se puede hacer en un par de horas. Podemos emplear el tiempo ahorrado en actividades más productivas', informa".
Beltrán presta su desgranadora a otras personas de la comunidad, sólo les pide que paguen la gasolina que consume. "Me alegra poder ahorrar tiempo también a mis vecinos".
Beltrán espera que otros agricultores puedan comprar desgranadoras y otros equipos para mejorar sus rendimientos y ayudar a otros de su comunidad y zonas vecinas. "Queremos que nuestras comunidades prosperen y puedan dar a nuestras familias y niños mejores oportunidades". dice.
Para Beltrán, la agricultura es una vocación y un legado de su padre, no sólo un medio para mantener a su familia. "Me comprometo a compartir con mis hijos los mismos valores de trabajo duro y respeto por la tierra que mi padre compartió conmigo".
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